María Rachid: “Yo siempre fui feminista y también socialista, pero del socialismo nacional y popular”

Militante emblemática de la lucha por los derechos igualitarios para gays, lesbianas, travestis y toda persona que sufra discriminación por sus preferencias sexuales, la de María Rachid es una historia comenzada en los años familiares de la infancia, cuando la pelea era “su lugar” en la mesa.

María rompe las reglas, con su sonrisa alegre también transgrede ciertos acartonamientos que suele tener la política y tal vez esa alegría sea uno de los motores que impulsan lo decidido de su paso, hija de un abogado peronista, defensor de presos políticos, entre ellos, Envar "Cacho" El Kadri -un referente histórico de la resistencia peronista- aprendió a enfrentar las contradicciones sociales en la propia familia, donde los resabios machistas eran contundentes.

“Si me preguntas cuándo empecé a militar, te puedo contestar que desde niña y por un lugar en la mesa, donde una cabecera era para mi padre y la otra para mi hermano que era más chico que yo, pero era varón. Yo me rebelaba en contra de eso, no lo sabía, pero eso era muy machista y tal vez lo mejor es que la mesa sea redonda. Además leía todo lo que encontraba de Evita, lo que salía en los diarios y en las revistas. Me había grabado un video con la ópera de Nacha Guevara, creo que lo gaste de tanto mirarlo… y me decía a mí misma: cuando cumpla los 18 me afilió al Partido Justicialista y fue lo que hice cuando los cumplí, a pesar de que Menem no tenía nada de justicialista”.

En los ´80, María peregrinó por varios colegios de San Isidro donde otra vez la discriminación se hizo presente, ninguno de ellos quería como alumna a la hija de un abogado comprometido con la defensa de los derechos humanos de los presos de la dictadura. Después, hubo que enfrentar otros conflictos, cuando llegado el momento de elegir una carrera universitaria se inclinó por Derecho, contrariando la decisión familiar que la pretendía una economista. Son momentos vitales los memorados por esta María Rachid, de viva mirada, al evocar el amor y el asumirse como lesbiana y con esa identidad salir a enfrentar las injusticias y desigualdades.

Es imposible no nombrar al poeta Néstor Perlongher, fundador del Frente de Liberación Homosexual en los años ´70, o los compañeros fundadores de la Comunidad Homosexual Argentina, durante la presidencia de Alfonsín, antecedentes de “La Fulana”, fundada por María y su compañera de entonces; el primer colectivo de lesbianas que funcionaba en una casa del barrio de Balvanera.

“Cuando en el 96 fundamos “La Fulana” (Espacio Comunitario de Mujeres que Aman a Mujeres) con mi compañera, yo tenía 23 años. Con esfuerzo mandamos cartas a organizaciones del exterior para conseguir plata y tener una sede, la plata para entrar la conseguimos, pero después había que bancar el alquiler. Yo trabajaba en un estudio de abogados y ganaba $200 y mi compañera trabajaba de repositora en un supermercado, con eso bancamos todo. Era una casa donde se ayudaba a mujeres con problemática social, algunas en situación de calle, no todas eran lesbianas, también ahí se hicieron las primeras reuniones de HIJOS y también tuvimos algunos problemas con la policía”.

La charla va saltando por los hitos marcados por las Asambleas Populares del 2001, la fundación del FLGBT (Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Travestis) en el 2006, la candidatura a vice jefa de gobierno por el PO en el 2003, su paso por el INADI y el empoderamiento a otras organizaciones de discriminados como los migrantes, los afro descendientes, los pueblos originarios y la conquista de la ley de matrimonio igualitario; podríamos hablar muchísimas horas, pero la pregunta final sería siempre la misma: 

¿Por qué el peronismo y el Movimiento Evita?

“Yo siempre fui feminista y también socialista, pero del socialismo nacional y popular, y lo que mejor expresa mi pensamiento es el Movimiento Evita, porque se discute, hay crítica y auto crítica y porque son los movimientos organizados los que deben marcar las agendas del gobierno con el reclamo de sus derechos y no al revés. Un militante cuestiona, discute y participa y esa es una práctica propia del Evita”.

Así es María, con ella nunca más vivos esos versos de la Marchita, que incansablemente circulan por el aire de la primavera porteña: “Para que reine en el pueblo / el amor y la igualdad”.

Texto: Eduardo Silveyra

1 compañeros opinaron:

Anónimo dijo...

linda nota y suculento el copete!!