Carlos Vilas: “El hilo de continuidad que une militancias son las aspiraciones emancipatorias de los pueblos”

Carlos Vilas, es politólogo e integrante de la Mesa Política del Movimiento Evita Capital y desde el año 2003 ejerce como funcionario del Gobierno Nacional. Dueño de una vasta experiencia que lo llevó a ser protagonista en distintos países de América Latina, de destacados hechos políticos, es además autor de varios libros. Su última obra es: “El poder y la política. El contrapunto entre razón y pasiones” (Edit. Biblos, 2013)

¿Que significó aquel 17 de noviembre de 1972?

En primer lugar, una lluvia torrencial. Fueron los momentos de compromiso militante de las mayorías populares. Fue un acto de militancia, íbamos a recibir a un Perón que nosotros habíamos recreado, habíamos resignificado como se dice ahora, y en ese sentido fuimos a reunirnos con ese Perón y lo logramos, así que fue una experiencia importante.

Importante, además, si tomamos en cuenta que se logró luego de dieciocho años de exilio forzoso y de la irrupción de una nueva generación en el peronismo de los años setenta…

Sí, porque los que fuimos, básicamente, éramos de esa generación, si bien yo era un poquito más grande que la mayoría de los compañeros que estaban presentes ese día, ellos habían crecido políticamente con la imagen del Perón que nosotros habíamos recreado; hay que añadir, claro, con el consentimiento explícito del General. Esa irrupción necesariamente actualizada de Perón y el peronismo, con las características del mundo y de Argentina de los años setenta, que no eran ni el mundo ni la Argentina de la inmediata posguerra…

¿Y cuáles eran esas características del peronismo del regreso de Perón?

Estaba teñida por una coyuntura política de fuerte conflictividad con el gobierno militar de entonces, que estaba presidido por Lanusse, y que había trabajado para profundizar divisiones dentro del peronismo y para impedir el regreso de Perón, en ese sentido, nosotros vivimos el regreso de Perón como una victoria nuestra y como una derrota del gobierno militar, que se sentían realmente derrotados. Y bueno, un peronismo que avanzaba empujado por una nueva generación de argentinos y argentinas, con un perfil sociodemográfico o de clase distinto de aquel primer peronismo, cambio que se debía entre otras cosas, a muchos de los logros que había efectivizado el peronismo en los años ´40 y ´50 y en una sociedad cruzada por conflictos sociales muy intensos.

¿Se podría decir, a grandes rasgos, que esa correlación de las nuevas generaciones que usted mencionaba, se resignifica de alguna manera a partir del proceso político abierto en 2003?

Lo que se registra por parte del kirchnerismo es la activación juvenil de sectores que, de una u otra manera se encontraban ligados al peronismo, pero debemos reconocer que en los años setenta, ochenta y noventa, dentro y fuera del peronismo había un involucramiento político de los jóvenes, bastante importante. Quizá lo novedoso, es la incorporación de los jóvenes a la militancia dentro del “peronismo kirchnerista”, porque el kirchnerismo ofrece condiciones de posibilidad para una militancia juvenil que tiene otra formación intelectual, que ha pasado por los años duros del neoliberalismo, con horizontes cerrados en términos laborales, profesionales, intelectuales; lo único que ofrecía el neoliberalismo era, gracias a la convertibilidad, conseguirte un pasaporte y rajarte…entonces el kirchnerismo demuestra que es posible un país donde el futuro no sea Ezeiza y los muchachos aprendieron eso. El kirchnerismo sirvió para canalizar esa espiritualidad contestaría, disruptiva de los jóvenes, que siempre existe, salvo en aquellos que votan al PRO…y le dio un cauce en un sentido de mayor justicia social, de transformación de un país en estructuras más emancipatorias, de un antiimperialismo…y si, en ese sentido, hay una continuidad con las movilizaciones de los años setenta, y con aquellas de los cincuenta y cuarenta, y uno podría seguir para atrás. En definitiva, el hilo de continuidad son las aspiraciones emancipatorias de los pueblos, que se expresan de distintas maneras, de acuerdo a las particularidades históricas de cada momento.

¿Qué significa un 17 de noviembre, Día de la Militancia Peronista, en el año 2013?

En el año 2013…va a ser domingo…yo particularmente voy a una asamblea política del Movimiento Evita…(risas)…creo que hay que despojarse de cuestiones impresionísticas y hay que ir a los significados, en las condiciones de la Argentina de 1972, el 17 de noviembre fue un acto de militancia, en el año 2002 conmemorábamos las matanzas en Plaza de Mayo y en el centro, había militancia también, de otro estilo, una militancia a la defensiva, por un plan de compensaciones sociales…en el 2003 estábamos probándonos el traje nuevo del kirchnerismo y había expectativas extraordinarias y ahora en 2013, creo que es una ocasión para un balance de esta década ganada, que falta ganarla en otros aspectos…en qué hemos avanzado y en qué no, como hemos reconfigurado el país, en qué el país está mejor, y sobre todo, para que esto no sea una especie de ejercicio de “memoria y balance” burocrático, cuáles son los desafíos políticos y cuáles son los instrumentos políticos con los que el campo popular, y en particular el kirchnerismo, cuentan para profundizar y seguir avanzando…

¿Cuáles serían estos instrumentos?

Instrumentos políticos, nosotros no tenemos. En estos diez años nosotros hemos utilizado un conjunto de instrumentos que ya existían y los hemos orientado de acuerdo a nuestros objetivos específicos, lo cual significa que para algunas cosas sirvieron y para otras no, de hecho, objetivamente, nuestra principal herramienta ha sido el gobierno, eso tiene que ver con la debacle del 2001, que se llevó puesto al sistema político y a los partidos y entonces ya los partidos políticos son, en el mejor de los casos, máquinas electorales, pero digamos que las funciones propias de un Partido popular, de clase trabajadora y sectores medios, que es organizar, movilizar, formar y ganar elecciones…sólo apuestan a las elecciones…la formación política del PJ, si existe, no hace mucho y nosotros en el kirchnerismo tampoco hemos hecho mucho, es decir, estamos en la práctica…la movilización, sí, pero es una movilización convocada en función de una agenda gubernamental, fundamentalmente…agenda que por supuesto, responde al sentimiento, a la voluntad progresista y de justicia del pueblo, pero en definitiva eso qué significa, que la agenda la aplica el gobierno y no la sociedad movilizada en el kirchernismo y por lo tanto la administra, cosa que un gobierno siempre tiene que hacer, porque es un gobierno para todo el país y no sólo para la fuerza propia, ahí está lo difícil y a veces duro en la función de un gobierno: tenés que trabajar con los tuyos, porque sino te quedás sin base propia, pero tampoco enfrentándote a todo el mundo, si no tenés herramientas y recursos con probabilidad de éxito. Y tampoco estamos formando a la gente, estamos recurriendo a viejos manuales…me parece bien descubrir el pensamiento nacional de la primera mitad del Siglo XX, pero éstos hombres pensaban en función de un mundo que ya no existe, entonces las banderas son permanentes, pero para que sean efectivas hoy, tenemos que resignificarlas en función de las demandas y necesidades del presente, por ejemplo: ¿qué significan la soberanía política y la independencia económica en un mundo globalizado?, ¿qué significa la justicia social, que ya, el grueso de las clase trabajadora amparada por convenios colectivos y que están en el sector formal, tienen ingresos que en otras épocas eran propios de las clases medias acomodadas, en varios casos?, ¿cuál es el sujeto histórico del kirchnerismo?, ¿la juventud?, pero la juventud es pasajera lamentablemente…

Es una etapa de la vida….

¡¡Exactamente!!, entonces, ahí hay que profundizar, hay que hacer, hay que crear un instrumento que contribuya a generar condiciones políticas para un avance objetivo, es decir, la consigna: “Vamos por lo que falta”, no es un inventario de tares socioeconómicas, es ver cuáles son las condiciones que permiten generar autonomía política en una sociedad donde existen varias clases sociales, que tienen intereses diferentes.

Desde la posición del Movimiento Evita se lo pregunto, ¿cómo ve usted las perspectivas para avanzar en este camino al que hace referencia?

Creo que hay que profundizar los acuerdos con las fuerzas hermanas, las organizaciones aliadas, asumiendo un debate dentro del espectro de fuerzas que componen el espacio kirchnerista; es evidente también que dentro del kirchnerismo existen distintos sectores con distintas percepciones de hasta donde era necesario poder avanzar…esto que estamos viendo ahora, que buena parte de sectores que estaban en el kirchenrismo están ahora con Massa, bueno, es un sector de este espacio que consideraba que el cambio, la emancipación sólo llegaban de aquí a aquí…y cuando vieron que Néstor y ahora Cristina, van de ahí para allá…ellos dicen: “bueno, para nosotros no, esto no es así” y entonces se van con un referente de una línea de menor confrontación con los poderes establecidos. 

En política siempre es así, los aliados que te permiten llegar no son los que te permiten, en muchos casos, seguir avanzando, entonces en este ejemplo diríamos que hay una primera escisión que se hizo, nosotros tenemos que seguir avanzando y tenemos que fortalecer acuerdos básicos, sobre todo para optimizar la gobernabilidad de estos dos últimos años que le quedan al gobierno de Cristina y que llegue al fin de su mandato sin mayores sobresaltos…el proyecto y ella se lo merecen….y prepararnos de la mejor manera posible para lo que viene.

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