14 de octubre de 2013

Entrevista a Susana Sanz a partir de la 3º reedición de "La Voluntad"

“Sentía como una obligación de sobreviviente dar a conocer cómo pensábamos, cómo actuábamos”

Entrevista con Susana Sanz, una de las testimoniantes de La Voluntad. Hoy participa en el Frente de Mujeres del Movimiento Evita. “Creo que transmite que lo que queríamos sigue siendo posible”.

Por Juan Ciucci
Fuente - Agencia Paco Urondo: http://bit.ly/1gBRcbZ


APU: ¿Cómo recuerda su participación en La Voluntad?

Susana Sanz: Participé en el proyecto del libro, me pareció importante hacerlo, allá por el ´96-´97, era una etapa donde aún se sentía fuerte la presión de esta concepción de los dos demonios. Todo lo que había pasado en los ´70 era algo que se eludía, no se hablaba. Entonces me pareció muy interesante cuando me lo propusieron, porque en mi caso sentía como una obligación de sobreviviente contar un poco, dar a conocer, cómo pensábamos, cómo actuábamos, qué nos dirigía, cómo eran las relaciones entre nosotros.

Así que creí que era una obligación testimoniar. Después porque como mujer me parecía importante marcar la participación de las mujeres, cuando casi un 30% son mujeres desaparecidas. Cómo nos movíamos, qué significaba este proceso de liberación nacional y a la vez cómo en este contexto aparecían problemáticas y demandas de las mujeres, por una serie de discriminaciones. También como persona del interior, contar las historias de allí, donde generalmente hay una gran confluencia con las actividades en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

Trabajamos varios meses, debo reconocer que Caparrós trabajó con un respeto total de lo dicho por mí, incluso hay cosas que yo consideraba que no era importante que quedaran en el debate público, o que pudieran ser mal interpretadas, y él en ese sentido fue muy respetuoso. Traté de ser bastante veraz y rigurosa, porque a veces la memoria se te confunde. Trabajando te dabas cuenta que cosas que parecía habían sucedido en un tiempo tan largo, lo corto que había sido. Quería ser rigurosa, me parecía que debía exigir un control de la memoria no selectivo, sino que respondiera lo más posible, por supuesto con las subjetividades que hay, a lo que habían sido ésos años.

APU: Decía que eran memorias de quien sobrevive, ¿lo pensaba para las nuevas generaciones o para su generación?

SS: Lo pensaba a dos puntas. Un poco para una reivindicación de los compañeros y las compañeras, y también pensaba que era necesario para las nuevas generaciones, para los hijos e hijas de estos compañeros, y para que se entendiera esta lucha. Porque creo que es importante en los pueblos para avanzar, saber que hay una línea histórica donde vos te puedas mover, e incluso aprender de los errores. Pero que es necesario, y creo que eso se logró, y éste libro ha sido parte de ello. Yo me encuentro con muchas jóvenes, compañeros, que me dicen que han leído el libro, que me invitan a que les cuente experiencias. A veces hay que hacer un balance, porque por un lado está la teoría de los dos demonios, y por el otro también se tiende a magnificar determinadas acciones; cuando éramos jóvenes, y la etapa era tan cambiante, tan acelerada. No te olvides que en los años ´60 nosotros vivíamos en el contexto de la Revolución Cubana, aparecía el tercermundismo, los pueblos de Asia y África avanzaban en su descolonización. Es decir, había un clima donde se habían producido reales trasformaciones en la lucha contra el imperialismo, donde las banderas de liberación nacional, pero social también, estaban presentes.

Y a través de esta línea conductora que para nosotros ha sido importante, que ha sido el Movimiento Peronista, con sus avances y sus áreas grises, pero que siempre ha representado como una columna vertebral del accionar popular.

APU: En el contexto en que surge el libro, el peronismo o al menos una de sus vertientes parecía que había sido olvidada…

SS: No te olvides que estábamos en plena etapa neoliberal, donde teníamos a Menem gobernando, que había dejado a la vuelta de la esquina todo lo que en su momento parecía haber apoyado. Después fue la tergiversación del peronismo, o esta ala más de derecha o como queramos decirle, para mí no es peronismo. Igual, estuvo unido y sectores populares lo apoyaron. Es decir, no hay que olvidarse en qué etapa estábamos y dónde apareció, luego de Alfonsín, de avances y retrocesos. En ese contexto era importante éste libro. En la presentación, ya Lanata estuvo un poco como crítico, siempre en ese papel de “hubo cosas, pero bueno”. Yo no lo conocía, había regresado al país en el ´91, porque no podía volver, estaba procesada por asociación ilícita. Luego, como golpe final, nos dieron la amnistía a 33 personas, y a 350 militares, esa fue la última humillación. Realmente me encontré con otro país, con otros valores, no podía creer cómo se fundamentaban las privatizaciones. Era toda una ola que me resultaba incomprensible.

APU: En ese sentido, algunas de las críticas que se le señalan al libro, es un tono demasiado épico…

SS: Puede ser. Creo que cumplió su rol, y creo que ante una desvirtuación de lo que había sido la lucha de los ´70, una compensación a eso es el grado épico. Y que también había algo épico en el compromiso, en la voluntad total que había, y en la decisión de defender los principios aun a costa de nuestra propia vida.

APU: Antes mencionaba las discusiones que hoy se llaman de género, fue de los primeros libros, con su testimonio y el de otras compañeras, que empezó a discutir el lugar que se le daba a la mujer dentro de la militancia.

SS: Exactamente, yo trabajé mucho con las organizaciones y movimientos que nacieron de origen más o menos piquetero, y el trabajo con las compañeras fue muy importante ese rescate. A ellas les servía mucho charlar conmigo, poder hacer el enganche con una línea que se venía trabajando.

En esos años no se lo hizo con una idea de la mujer, porque Montoneros no la tenía, se decía que esos problemas se resolverían después que venga la revolución, como se dijo en todos los procesos revolucionarios. Pero resulta que se decide hacer algo paralelo a lo que era la rama Femenina del Partido Peronista, como se había hecho con el Movimiento Obrero. Y aparece esto que es la Agrupación Evita, donde yo trabajé muchos años. Fue una experiencia muy rica, un crecimiento nuestro muy importante, porque nosotros veíamos posible una sociedad más igualitaria con una distribución de la riqueza, hablábamos de socialismo, libertad e igualdad. Y en la cotidianeidad te iban apareciendo las contradicciones que se daban entre esto general para el conjunto, y lo que nos pasaba a las mujeres. No tanto en mi caso, porque ya era profesional, abogada laboralista, y me movía con otra independencia. Era hija de una mujer que había venido sola de España, ella tenía ideas más bien comunistas. Había otro criterio en la formación.

Para las compañeras de los barrios lo importante fue esto de agruparnos como mujeres, discutir, hacer actividades propias. Cómo las compañeras iban tomando un sentido de su dignidad, y del respeto a su propia persona frente a los mismos compañeros. Donde ellas pedían que se citaran a los compañeros para que dieran cuenta de sus conductas. Yo, leyendo luego en el exilio libros de feminismo y diversas experiencias, como nosotros lo hicimos y desde una realidad que íbamos transformando, una experiencia tan rica e importante con las mujeres en esos años.

APU: Se cumplen 15 años de la salida de La Voluntad, ¿qué lecturas le parece son posibles en este nuevo contexto?

SS: Creo que se lo puede leer para referenciar algunas cosas actuales, poder analizar y ver que hay cosas que se suelen repetir, aparecer. Pero también que nos muestra que tenemos una responsabilidad histórica, por la cual este país a peleado mucho, por la cual mucha gente ha dado su vida; por construir una sociedad con otras características. Creo que apuntala, ayuda de alguna manera a los nuevos militantes a analizar cómo se desarrollan las cosas. Creo que en última instancia transmite que lo que queríamos sigue siendo posible. Con otros medios, con otra metodología, a lo mejor más lentamente la construcción, porque vivimos en otro contexto mundial. Donde prácticamente todo lo que en ese momento parecía como exitoso, vemos como ha fracasado, ha sido modificado. Pero la humanidad tiende a ser más justa y más igualitaria; es una cuestión ética, moral, ideológica. Cada vez nos encontramos que hay problemas importantes para esto, entonces no se va a producir sola la transformación. Tiene que ser con un compromiso, con una militancia. Y que nos desafía ahora nuevamente. Estamos en un proceso donde vemos que todos estos años fuerzas que estaban agazapadas empiezan a aparecer y avanzan. Y nosotros tenemos que defender este proyecto, y tenemos que seguir avanzando. Y pienso que puede servir esto. A lo mejor vos podes decir “bueno, ¿cuánto tiempo estuvo?”. Pero había semillas sembradas, y esto vuelve a aparecer, y los pueblos levantan su lucha y continúan adelante. Creo que ahora nos va a ir mejor.

APU: Cuando sale el libro, parecía ser una época de derrota plena. ¿Le parece que ha cambiado esto?

SS: Por supuesto, se recupera de otra manera ése legado. Siempre he sido inconscientemente optimista en la vida, por eso todavía sigo militando, pienso que es fundamental apuntalar a las compañeras y compañeros en los barrios, en su militancia. Darle herramientas, pero herramientas que lo transformen y le den autonomía y capacidad de decisión. Todo lo que nosotros podemos dar son herramientas para que cada uno las tome y se transforme, pero hay que apuntalarlos. Yo eso lo siento como una tarea que debo hacer.

APU: En su caso personal, ¿qué le ha pasado con el libro?

SS: Bueno, la gente se me acerca, en una época me daba vergüenza. Me encontraba gente que me decía “ella es la del libro”, y yo saludaba y me iba. Y dirían “pero ésta que se cree”, porque me da vergüenza. Pero he ido cambiando, me han pedido compañeras en los barrios que vaya y les cuente. Y te juro que me emociona tanto, porque veo que las compañeras lloran de emoción. Y yo me digo “pucha, esto yo no me lo pensaba, que iba a poder recoger en mi vida”. Cuando salimos del país, bueno, éramos indeseables, terroristas, malditos. Y sin embargo lo que te digo es que me alegra poder transmitirle a la gente esa experiencia, y también algunos errores personales.
 
Notas relacionadas:
- Susana Sanz, el feminismo popular de Eva Perón: http://bit.ly/147ZyoO
- Gran jornada de las mujeres en defensa de sus derechos en Parque Centenario: http://bit.ly/1gEQ739 

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