7 de agosto de 2013

Alan Tapia: dos testigos complican al policía del GEOF acusado de matar a un joven

Dos testigos complicaron la situación de un ex efectivo del Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) acusado de haber matado de un disparo a un joven durante un allanamiento en el barrio porteño de Saavedra, al poner en dudas que la víctima lo haya amenazado con un arma "tumbera".

El juicio al ex policía federal de élite Rodrigo Valente por la muerte de Alan Stefano Tapia (19), se desarrolla en el primer piso del edificio de Tribunales de Lavalle 1171, ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 11 porteño, Enrique Pose, Floreal De Laurentis y Adrián García Lois.

El primero de los testigos de la audiencia fue el subcomisario Ricardo Juri, quien cuando ocurrió el hecho, en febrero de 2012, se desempeñaba al frente de una de las brigadas de la División Homicidios de la PFA que investigaba una causa de tentativa de homicidio y tenía encomendado allanar el domicilio de Tapia, ubicado en Correa al 3700, en el barrio Mitre, de Saavedra.

“Cuando estaba el grupo (GEOF) adentro, recuerdo que escucho una detonación”, dijo Juri, quien agregó que los miembros de élite de la PFA le dijeron que había “un herido de bala” (Tapia), quien luego sería trasladado en ambulancia y fallecería en un hospital.

Juri recordó que si bien tanto él como los miembros de su equipo de Homicidios se “asomaron” a la habitación donde había ocurrido el hecho, no pudieron ver el arma que Valente dijo que Tapia había esgrimido para atacarlo, y que recién la vio cuando uno de los efectivos se la alcanzó para que la incluyera en el expediente.

Entonces notó que sólo se trataba de un “elemento de hierro que asimilaba las características de un arma” y dio a entender que no creía probable que el joven haya querido resistir: “Utilizando la lógica, una persona a sabiendas que tiene ese elemento y que se enfrenta al GEOF o se quiere matar o no está en sus facultades”.

El segundo testigo fue el inspector Pablo Antonio Sanz, quien la noche del hecho lideraba el equipo GEOF que integraba Valente y, según su relato, éste ingresó solo a la habitación de Tapia y él sólo se enteró de lo ocurrido por lo que Valente le contó minutos después.

“Me comenta que cuando él abrió la puerta se encuentra con una persona que se levanta y le apunta con lo que sería un arma de fuego, se resistió a deponer su actitud y le efectúa un disparo”, dijo Sanz, en referencia a la presunta insistencia de Valente para que Tapia “muestre las manos”.

Sanz relató, además, que una vez que Valente le informó que había herido a alguien, salió del lugar para informarle a su superior y para solicitar la asistencia médica, sin nunca haber visto la presunta arma de Tapia.

En ese sentido, los abogados querellantes, Pablo Lorenzo y Sebastián Rodríguez, dijeron a Télam que en su opinión “queda claro que se pudo plantar el arma” en el momento en que Valente quedó solo en la habitación.

Es que la hipótesis formulada por los letrados de la familia desde un comienzo es que “se plantó un escenario".

Además, Rodríguez consideró que tras el relato de Sanz se evidenció que “Valente ni le dijo (a Alan) que tire el arma, disparó directamente”.

El homicidio de Tapia ocurrió el 15 de febrero de 2012, cuando la Policía buscaba a un hermano suyo, presuntamente vinculado con una causa de tentativa de asesinato, aunque seis meses después fue sobreseído.

Alan era profesor de tango y participaba del programa Jóvenes por Más y Mejor Trabajo del Ministerio de Trabajo en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Por su parte, Valente estuvo prófugo por esta causa hasta que se entregó en los tribunales porteños y fue sometido a este juicio oral y público.
Fuente - TELAM: http://bit.ly/15Hcz8m

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